domingo, 26 de febrero de 2012

Sobre las Olas, el más bello vals mexicano. Música referida en el libro No me digas que fue un sueño

Sin duda uno de los valses mexicanos más bonito y que ha trascendido a todos los tiempos ha sido Sobre las Olas. Parece increible que su autor, Juventino Rosas, aún sin conocer el mar, haya logrado captar la majestuosidad de las olas, inspirado en el chocar del agua contra las piedras de los manantiales del Sauz.
A la orilla de Sauz, Junto al manantial, primer y segundo nombre de la obra, compitió con los grandes valses europeos, de moda durante el Porfiriato; en especial con el Danubio Azul, otro vals inspirado en las aguas que corren, del austriaco Johann Strauss hijo.
Nacido en el pueblo de Santa Cruz, guanajuato, en el año de 1868, Juventino creció rodeado por la tradición musical, pues no sólo la familia se dedicaba a tocar el violín, el arpa y el piano, sino que el pueblo se especializaba en la fabricación de instrumentos musicales. En Santa Cruz, la familia Rosas Cadenas formó un cuarteto musical que amenizaba las fiestas del pueblo y de comunidades vecinas.
En 1875, la familia Rosas vino a vivir a la Ciudad de México y se asentaron en el barrio de la Lagunilla. Continuaron con la orquesta y tanto Juventino como su hermano Manuel trabajaron de violinistas, guitarristas y cantores en la iglesia de San Sebastián.
Al morir sus padres y hermano, Juventino se fue a radicar al poblado de Cuautepec de Madero, donde en el año de 1885 compuso la obra que le daría fama internacional: Sobre las olas, además de componer el vals que le daría entrada al mundo social de México, Carmen, en honor de Carmelita Romero Rubio de Díaz, en honor de la esposa de presidente don Porfirio Díaz.
El nombre de Sobre las Olas, se lo sugirió doña Calixta Gutiérrez, dama de sociedad, que en su casa recibió a literatos y compositores de la época, ya que las notas no se identificaban con un simple río, sino con la inmensidad.  
En una decisión poco afortunada, Rosas vendió los derechos de Sobre las Olas, a la sociedad Prusiana Wagner y Levien, que aunque le dio a conocer, no le compartió las ganacias económicas que produjo la obra.
Desafortunado en amores, en 1892, se casó con Juana Morales, quien lo abandonó a los pocos meses, no sin antes dedicarle a su amor la mazurka Juanita opus 22.
Participó en varias giras como director de la Orquesta Típica Mexicana. Asistió a la Exposición Universal Colombina en Chicago, Illinois, en cuyo certamen Juventino obtuvo 4 medallas de oro, diplomas honoríficos y el título de Profesor de Composición de Mérito.
La gira continuó en Cuba donde Juventino Rosas enfermó de mielitis espinal, lo que le produjo dolor, debilidad, parálisis y al final la muerte en julio de 1894, a la edad 26 años.
En 1909, el periodista Miguel Necochea y la Sociedad de compositores Mexicanos, con la ayuda económica de muchos mexicanos radicados en la isla carbeña, lograron trasladar los restos de Juventino Rosas, los cuales fueron enterrados en el panteón civil, para después, en 1939, ser depositados en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón de Dolores, en la Ciudad de México.
Además de Sobre las Olas y Carmen, escribió 9 valses más, 4 polkas, 4 mazurkas, 7 chotises y 7 danzas.

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